ORIGEN DEL NOMBRE
Guadalupe es el «...toponímico de un pueblo de la Sierra de las Villuercas, en la Provincia de Cáceres, donde hacía siglos se veneraba a la Virgen Santísima como Patrona de España, en especial de Extremadura, patria de Cortés y de la mayoría de los conquistadores».
ANTECEDENTES
... hasta que pasaron a un río que llaman Guadalupe y hallaron ahí unas muy grandes montañas y en estas montañas hicieron una cueva aquellos santos clérigos a manera de sepulcro, y cercaron aquella cueva con muy grandes piedras, y pusieron dentro la imagen de nuestra señora Santa Maria y con ella una campanilla y una carta en la cual estaba escrito cómo aquella imagen de Santa Maria fuera enviada de Roma a San Leandro, arzobispo de Sevilla, con otras reliquias que le enviara el doctor San Gregorio. Y luego de haberla puesto la cubrieron con unas piedras grandes y echaron tierra encima y se fueron. Y en tierra de Almaraz dejaron enterrada la cruz y se fueron huyendo a las montañas de Castilla la Vieja...
[Después de haber conquistado los moros la mayor parte de España,]... quiso Dios encender los corazones de los cristianos para que quisieran recuperar las tierras que habían perdido. Y así fue que recuperaron muchas tierras de aquellas que poseían ya los moros. Y el noble rey don Alfonso ganó a los moros gran partida de Castilla. Hubo con ellos muy grandes batallas y en especial la que hubo en las Navas de Tolosa, donde fue ensalzada la santa cruz del nuestro Señor Jesucristo. Y de allí los abatió en tal manera que nunca alzaron cabeza y de esta vez ganó a Ubeda y a Baeza y a otros lugares muchos Guadalquivir y por la Sierra Morena. Durmió en paz y nuestro señor Dios llevó su alma a su santa Gloria. Y reinó en España su nieto el rey don Fernando, el cual ganó la muy noble ciudad de Sevilla y otros muchos lugares y durmió en paz y nuestro señor Dios llevó su ánima a su santo reino.
Y reinó su hijo don Alfonso el cual ganó las Algeziras y murió sobre Gibraltar. En el tiempo en que el rey don Alfonso XI reinaba en España apareció nuestra señora la Virgen Santa María a un pastor en las montañas de Guadalupe de esta manera:
LA APARICIÓN Y EL ENCUENTRO DE LA IMAGEN
Andando unos pastores guardando sus vacas cerca de un lugar que llaman Alía, en una dehesa que se dice dehesa de Guadalupe, uno de esos pastores,llamado Gil Cordero, natural de Cáceres, donde aún tenía su mujer e hijos, advirtió que le faltaba una vaca de las suyas. Marchó en su búsqueda por bosques y robledales hasta topar con un río de pocas aguas, bastante escondido. Recorrió el lado derecho de su ribera, desviándose luego siguiendo probablemente los restos de una calzada romana. Después de tres jornadas encontró la vaca muerta, pero intacta cerca de una fuente pequeña.Y al ver su vaca muerta, se llegó a ella; y moviéndola con diligencia, y no hallándola mordida de lobos ni herida de otra cosa, quedó muy maravillado. Sacó luego su cuchillo de la vaina para desollarla y poder aprovechar su piel, abriéndola por el pecho a manera de cruz, según es costumbre desollar, luego se levantó la vaca. Y él, muy espantado, se apartó del lugar; y la vaca estuvo quieta. Y luego, en esa hora, apareció ahí visible nuestra Señora la Virgen María a este dichoso pastor díjole así: "No temas que yo soy la Madre de Dios, salvador del linaje humano; toma tu vaca y llévala al hato con las otras, vete luego para tu tierra, y dirás a los clérigos lo que has visto, diciéndoles de mi parte que te envío yo allá, y que vengan a este lugar donde ahora estás, que caven donde estaba tu vaca muerta debajo de estas piedras; y hallarán ende una imagen mía. Cuando la sacaren, diles que no la mudaren ni la lleven de este lugar donde ahora está; mas que hagan una casilla en la que la pongan, y con el tiempo vendrá en que este lugar se haga una iglesia, y casa muy notable".
Y después que la Santa Virgen le dijo estas cosas y otras, luego desapareció. Y el pastor tomó su vaca, y se fue con ella y la puso con las otras. Y contó a sus compañeros todas las cosas que le habían acaecido. Y como ellos hicieren burla de él, respondióles y les dijo: "Amigos, no tengáis en poco estas cosas. Y si no queréis creerme, creed aquella señal que la vaca trae en los pechos, a manera de cruz", y luego le creyeron.
El citado pastor, despidiéndose luego de ellos, se fue para su tierra. Por donde iba contaba a todos cuantos hallaba este milagro que le había ocurrido. Y al llegar a su casa encontró a su mujer llorando, le dijo: "¿Por qué lloras?". Ella le respondió, diciendo: "Nuestro hijo está muerto", díjole él: "No tengas miedo ni llores: pues yo le prometo a Santa María de Guadalupe para servidor de su casa, y ella lo dará vivo y sano".
En esa hora, se levantó el mozo vivo y sano, y dijo a su padre: "Señor padre, preparaos y vamos para Santa María de Guadalupe". Por lo cual, cuantos allí estaban presentes y vieron este milagro, quedaron muy maravillados, y creyeron después todas las cosas que este pastor decía de la aparición de la Virgen María. Díjoles el pastor: "Señores amigos, sabed que para el mensaje que yo traigo a vosotros bien era menester de hacerse este milagro aquí, por nuestros pecados, muchas veces dudamos de que aquello que corporalmente no percibimos".
Después, este pastor llegó a los clérigos y les dijo así: "Señores, sabed que me apareció nuestra Señora la Virgen María en las montañas cerca del río Guadalupe, y me mandó que os dijera que fueseis allí donde me apareció, y encontraríais una imagen suya; y la sacaseis de allí; y le hicieseis allí una casa. Y me mandó que dijese más: que los que tuviesen a cargo su casa, diesen a comer una vez al día a todos los pobres que a ella viniesen. Y me dijo más: que haría venir a esta casa muchas gentes de diversas partes, por muchos y grandes milagros que ella haría por todas partes del mundo, así por mar como por tierra; y me dijo más: que allí, en aquella gran montaña, se haría un gran pueblo". Oidas estas cosas, los clérigos dudaron pero luego al ver resucitado al mozo y eso mismo que era habido aquel hombre en buena opinión del pueblo, creyéronle. La clerecía deputó ciertos de ellos para que fuesen con el pastor al lugar donde se le apareció Nuestra Señora. Partiendo de Cáceres anduvieron su camino hasta llegar a aquel lugar, donde la santa Virgen María apareció al pastor. Y después que llegaron, comenzaron a cavar en aquel mismo lugar donde el citado pastor les mostró, que le había aparecido nuestra Señora Santa María. Y ellos, cavando allí, hallaron una cueva a manera de sepulcro, dentro del cual estaba la imagen de Santa María, y una campanilla y una carta con ella; y lo sacaron todo allí, con una piedra donde la imagen estaba sentada. Y todas las piedras que estaban alrededor de la cueva y encima, todas las quebraron las gentes que vinieron entonces y se las llevaron por reliquias. Hicieron una choza de piedra seca lo mejor que pudieron. Y sabed que vinieron con aquellas gentes muchos enfermos de diversas enfermedades, y en la hora que llegaban a la imagen de Santa Maria recobraban la salud de todas sus enfermedades y se iban para sus tierras loando a Dios y a su bendita Madre por los grandes milagros y maravillas que había hecho. Juntaron algunas piedras a manera de altar poniendo allí la imagen. Hecho esto, se volvieron los clérigos a Cáceres y contaron a todos como era verdad todo lo que el pastor les dijera. Y quedó el pastor como guardador de la ermita con su mujer e hijos y con muchos de su linaje, por servidores de Nuestra Señora Santa María de Guadalupe.
LA IMAGEN
Perteneciente al papa San Gregorio Magno, en España se venera en la localidad de Cáceres, Extremadura en un santuario de los padres jerónimos de Guadalupe una imagen que llegó a Sevilla a través de San Isidoro y después al obispo de la ciudad, San Leandro. La imagen fue venerada en la ciudad hasta, que debido a la invasión de sarracenos en el año 711, la imagen fue ocultada y protegida en las montañas de Guadalupe para evitar una eventual profanación. Por más de 600 años la imagen quedó escondida hasta que en el cerca del año de 1327 fue encontrada por un pastor de Cáceres con lo cual se renovó el culto a la imagen.
EL NOMBRE “GUADALUPE” EN MÉJICO
En honor a este lugar, Cristobal Colón nombró a una isla de las Antillas como Isla de Guadalupe. Similarmente, en recuerdo a este Santuario Mariano Español, se dio el nombre de Guadalupe al Santuario Mariano Mejicano. Cuando Juan Diego pronunció el nombre de la Virgen como ‘Coatlaxope’ (“la que pisa la serpiente”), el obispo que era devoto de la Virgen de Guadalupe de España, entendió como Guadalupe, quedando registrado el nombre de la Virgen de Tepeyac como la Virgen de Guadalupe.