domingo, 13 de febrero de 2011

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN CÁCERES-ESPAÑA (año 1323 D.C.)

ORIGEN DEL NOMBRE

Guadalupe es el «...toponímico de un pueblo de la Sierra de las Villuercas, en la Provincia de Cáceres, donde hacía siglos se veneraba a la Virgen Santísima como Patrona de España, en especial de Extremadura, patria de Cortés y de la mayoría de los conquistadores».

ANTECEDENTES

... hasta que pasaron a un río que llaman Guadalupe y hallaron ahí unas muy grandes montañas y en estas montañas hicieron una cueva aquellos santos clérigos a manera de sepulcro, y cercaron aquella cueva con muy grandes piedras, y pusieron dentro la imagen de nuestra señora Santa Maria y con ella una campanilla y una carta en la cual estaba escrito cómo aquella imagen de Santa Maria fuera enviada de Roma a San Leandro, arzobispo de Sevilla, con otras reliquias que le enviara el doctor San Gregorio. Y luego de haberla puesto la cubrieron con unas piedras grandes y echaron tierra encima y se fueron. Y en tierra de Almaraz dejaron enterrada la cruz y se fueron huyendo a las montañas de Castilla la Vieja...
[Después de haber conquistado los moros la mayor parte de España,]... quiso Dios encender los corazones de los cristianos para que quisieran recuperar las tierras que habían perdido. Y así fue que recuperaron muchas tierras de aquellas que poseían ya los moros. Y el noble rey don Alfonso ganó a los moros gran partida de Castilla. Hubo con ellos muy grandes batallas y en especial la que hubo en las Navas de Tolosa, donde fue ensalzada la santa cruz del nuestro Señor Jesucristo. Y de allí los abatió en tal manera que nunca alzaron cabeza y de esta vez ganó a Ubeda y a Baeza y a otros lugares muchos Guadalquivir y por la Sierra Morena. Durmió en paz y nuestro señor Dios llevó su alma a su santa Gloria. Y reinó en España su nieto el rey don Fernando, el cual ganó la muy noble ciudad de Sevilla y otros muchos lugares y durmió en paz y nuestro señor Dios llevó su ánima a su santo reino.
Y reinó su hijo don Alfonso el cual ganó las Algeziras y murió sobre Gibraltar. En el tiempo en que el rey don Alfonso XI reinaba en España apareció nuestra señora la Virgen Santa María a un pastor en las montañas de Guadalupe de esta manera: 

LA APARICIÓN Y EL ENCUENTRO DE LA IMAGEN

Andando unos pastores guardando sus vacas cerca de un lugar que llaman Alía, en una dehesa que se dice dehesa de Guadalupe, uno de esos pastores,llamado Gil Cordero, natural de Cáceres, donde aún tenía su mujer e hijos, advirtió que le faltaba una vaca de las suyas. Marchó en su búsqueda por bosques y robledales hasta topar con un río de pocas aguas, bastante escondido. Recorrió el lado derecho de su ribera, desviándose luego siguiendo probablemente los restos de una calzada romana. Después de tres jornadas encontró la vaca muerta, pero intacta cerca de una fuente pequeña.Y al ver su vaca muerta, se llegó a ella; y moviéndola con diligencia, y no hallándola mordida de lobos ni herida de otra cosa, quedó muy maravillado. Sacó luego su cuchillo de la vaina para desollarla y poder aprovechar su piel, abriéndola por el pecho a manera de cruz, según es costumbre desollar, luego se levantó la vaca. Y él, muy espantado, se apartó del lugar; y la vaca estuvo quieta. Y luego, en esa hora, apareció ahí visible nuestra Señora la Virgen María a este dichoso pastor díjole así: "No temas que yo soy la Madre de Dios, salvador del linaje humano; toma tu vaca y llévala al hato con las otras, vete luego para tu tierra, y dirás a los clérigos lo que has visto, diciéndoles de mi parte que te envío yo allá, y que vengan a este lugar donde ahora estás, que caven donde estaba tu vaca muerta debajo de estas piedras; y hallarán ende una imagen mía. Cuando la sacaren, diles que no la mudaren ni la lleven de este lugar donde ahora está; mas que hagan una casilla en la que la pongan, y con el tiempo vendrá en que este lugar se haga una iglesia, y casa muy notable".
Y después que la Santa Virgen le dijo estas cosas y otras, luego desapareció. Y el pastor tomó su vaca, y se fue con ella y la puso con las otras. Y contó a sus compañeros todas las cosas que le habían acaecido. Y como ellos hicieren burla de él, respondióles y les dijo: "Amigos, no tengáis en poco estas cosas. Y si no queréis creerme, creed aquella señal que la vaca trae en los pechos, a manera de cruz", y luego le creyeron.
El citado pastor, despidiéndose luego de ellos, se fue para su tierra. Por donde iba contaba a todos cuantos hallaba este milagro que le había ocurrido. Y al llegar a su casa encontró a su mujer llorando, le dijo: "¿Por qué lloras?". Ella le respondió, diciendo: "Nuestro hijo está muerto", díjole él: "No tengas miedo ni llores: pues yo le prometo a Santa María de Guadalupe para servidor de su casa, y ella lo dará vivo y sano".
En esa hora, se levantó el mozo vivo y sano, y dijo a su padre: "Señor padre, preparaos y vamos para Santa María de Guadalupe". Por lo cual, cuantos allí estaban presentes y vieron este milagro, quedaron muy maravillados, y creyeron después todas las cosas que este pastor decía de la aparición de la Virgen María. Díjoles el pastor: "Señores amigos, sabed que para el mensaje que yo traigo a vosotros bien era menester de hacerse este milagro aquí, por nuestros pecados, muchas veces dudamos de que aquello que corporalmente no percibimos".
Después, este pastor llegó a los clérigos y les dijo así: "Señores, sabed que me apareció nuestra Señora la Virgen María en las montañas cerca del río Guadalupe, y me mandó que os dijera que fueseis allí donde me apareció, y encontraríais una imagen suya; y la sacaseis de allí; y le hicieseis allí una casa. Y me mandó que dijese más: que los que tuviesen a cargo su casa, diesen a comer una vez al día a todos los pobres que a ella viniesen. Y me dijo más: que haría venir a esta casa muchas gentes de diversas partes, por muchos y grandes milagros que ella haría por todas partes del mundo, así por mar como por tierra; y me dijo más: que allí, en aquella gran montaña, se haría un gran pueblo". Oidas estas cosas, los clérigos dudaron pero luego al ver resucitado al mozo y eso mismo que era habido aquel hombre en buena opinión del pueblo, creyéronle. La clerecía deputó ciertos de ellos para que fuesen con el pastor al lugar donde se le apareció Nuestra Señora. Partiendo de Cáceres anduvieron su camino hasta llegar a aquel lugar, donde la santa Virgen María apareció al pastor. Y después que llegaron, comenzaron a cavar en aquel mismo lugar donde el citado pastor les mostró, que le había aparecido nuestra Señora Santa María. Y ellos, cavando allí, hallaron una cueva a manera de sepulcro, dentro del cual estaba la imagen de Santa María, y una campanilla y una carta con ella; y lo sacaron todo allí, con una piedra donde la imagen estaba sentada. Y todas las piedras que estaban alrededor de la cueva y encima, todas las quebraron las gentes que vinieron entonces y se las llevaron por reliquias. Hicieron una choza de piedra seca lo mejor que pudieron. Y sabed que vinieron con aquellas gentes muchos enfermos de diversas enfermedades, y en la hora que llegaban a la imagen de Santa Maria recobraban la salud de todas sus enfermedades y se iban para sus tierras loando a Dios y a su bendita Madre por los grandes milagros y maravillas que había hecho. Juntaron algunas piedras a manera de altar poniendo allí la imagen. Hecho esto, se volvieron los clérigos a Cáceres y contaron a todos como era verdad todo lo que el pastor les dijera. Y quedó el pastor como guardador de la ermita con su mujer e hijos y con muchos de su linaje, por servidores de Nuestra Señora Santa María de Guadalupe.

LA IMAGEN 

Perteneciente al papa San Gregorio Magno, en España se venera en la localidad de Cáceres, Extremadura en un santuario de los padres jerónimos de Guadalupe una imagen que llegó a Sevilla a través de San Isidoro y después al obispo de la ciudad, San Leandro. La imagen fue venerada en la ciudad hasta, que debido a la invasión de sarracenos en el año 711, la imagen fue ocultada y protegida en las montañas de Guadalupe para evitar una eventual profanación. Por más de 600 años la imagen quedó escondida hasta que en el cerca del año de 1327 fue encontrada por un pastor de Cáceres con lo cual se renovó el culto a la imagen. 

EL NOMBRE “GUADALUPE” EN MÉJICO 

En honor a este lugar, Cristobal Colón nombró a una isla de las Antillas como Isla de Guadalupe. Similarmente, en recuerdo a este Santuario Mariano Español, se dio el nombre de Guadalupe al Santuario Mariano Mejicano. Cuando Juan Diego pronunció el nombre de la Virgen como ‘Coatlaxope’ (“la que pisa la serpiente”), el obispo que era devoto de la Virgen de Guadalupe de España, entendió como Guadalupe, quedando registrado el nombre de la Virgen de Tepeyac como la Virgen de Guadalupe. 

sábado, 12 de febrero de 2011

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN ROVERANO-ITALIA (año 1300 D.C.)

LA APARICIÓN

El 7 de Setiembre de 1300, la Virgen María se apareció a dos pastorcitas en Roverano, una localidad Italiana. Curó a una de ellas que era muda y dejó en un olivo del lugar un cuadro de tipo Bizantino de la Virgen María con el Niño Jesús.

EL ÍCONO

El ícono fue llevado solemnemente al templo parroquial, donde fue guardado en espera de la construcción de una capilla en el lugar de la aparición, siendo llevado el cuadro posteriormente a la capilla recién construida.

LOS MILAGROS

En ese lugar han sucedido varios hechos extraordinarios como curaciones y milagros.


APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN AYLESFORD-INGLATERRA (año 1251 D.C.)

ORIGEN DE LA ORDEN CARMELITA

El término "Carmen" corresponde al Monte Carmelo, en Oriente. Allí, según una tradición muy respetable – y hay todos los motivos para admitirla como verdadera –, el Profeta Elías reunió un grupo de discípulos y con ellos constituyó la Orden del Carmen, en Honra de la Virgen Madre que debería venir, y a la espera de Ella; siendo ellos los primeros que levantaron un templo a la Virgen María en la cumbre del Monte Carmelo, en el año 93 D.C, en el lugar mismo desde donde Elías viera la nube, que figuraba la fecundidad de la Madre de Dios. Por lo tanto, el primer filón de devoción a Nuestra Señora, siglos antes de que Ella naciera, fue formado por los discípulos del profeta Elías que la esperaban. Y San Elías representa el extremo de esa devoción, porque, como es doctrina común en la Iglesia Católica, él deberá luchar en el Fin de los Tiempos contra el Anticristo, último enemigo de Nuestro Señor y de su Madre Santísima. Elías constituye, por lo tanto, una especie de puente entre el comienzo y el fin de la devoción a la Virgen María en la historia de la humanidad.
En el año 1115; penitentes-peregrinos seglares provenientes de Europa, entre ellos el Cruzado Bertoldo de Calabria, se establecieron junto a la ‘fuente de Elías’, en el Monte Carmelo, para vivir en forma eremítica. Estos ermitaños se hicieron conocer como Hermanos de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo; dirigiéndose al Patriarca de Jerusalén, Alberto Abogadro (1150~1214), quién residía en San Juan de Acre, cerca del Monte, para conseguir cierta estabilidad jurídica. El santo patriarca escribió para ellos una norma de vida, entre 1206 y 1214. La Orden, apenas existente en el Cercano Oriente, se desarrolla un tanto, pero se tiene la impresión que los cristianos de aquella región, en los primeros siglos, no le dieron gran importancia, privándose de los grandes beneficios que ella podría traerles. Esta actitud para con el Carmelo fue una entre tantas infidelidades de la Cristiandad oriental, que terminó castigada por las invasiones sarracenas. Ante esta situación, los Carmelitas deciden emigrar a Europa; siendo algunos de ellos llevados a Inglaterra en 1241 por el caballero cruzado Barón de Grey, quien les donó una mansión en Aylesford, que convirtieron en monasterio, el cual, restaurado después de la liberación religiosa inglesa, todavía funciona como monasterio Carmelita.
Cuatro años después, en 1245, Inocencio IV aprueba la Regla Carmelita. En ese año se celebró en Inglaterra el primer Capítulo General; siendo elegido VI Prior General San Simón Stock.

LA CASI EXTINCIÓN DE LA ORDEN CARMELITA

Las dificultades para la supervivencia de la Orden eran enormes; expulsados del Monte Carmelo, con un tipo de vida que no se adaptaba a los ambientes donde habían emigrado, con la oposición de la Iglesia a nuevas órdenes, según lo decretado en 1215 en el Concilio IV de Letrán, y con su tradición, inadmisible para muchos, de tener como fundador al Profeta Elías.

SAN SIMON STOCK

Este hombre preclaro nació en el Condado de Kent (Inglaterra) por el 1165. Su apellido Stock haría alusión según algunos a su significado en inglés ‘tronco de árbol’ o mejor ‘hueco en el tronco’ donde pasaba el pequeño y joven Simón muchas horas entregado a la oración, en el vasto bosque de Toubersville, en Kent. Se alimentaba de hierbas crudas, raíces amargas y frutas silvestres, y bebía solo agua. Quien es puro de corazón está siempre bien provisto y así fue el caso de San Simón; pues cada día, un perro salvaje le traía un pedazo de pan celestial ‘hermosamente blanco y delicado’, y de esta manera, vivió durante mucho tiempo. Al llegar los Carmelitas a Inglaterra venidos de Oriente y conocer la santa vida que llevaban, pues pronto se extendió su fama por todas partes; pidió ser admitido entre ellos. El joven Simón se entregó de lleno a aquel género de vida.
Un Santoral del siglo XIV, que recoge las vidas de los primeros Santos Carmelitas, dice de él que viendo que su Orden era duramente atacada por algunos, acudía fervorosamente en ayuda de la Virgen María a quien estaba consagrada la Orden.
San Simón, a quien se le ha llamado ‘el amado de María’, hasta llegó a componer preciosos himnos a la Virgen, Madre de Dios. Precioso es el ‘Ave stella matutina...’. Y cada día recitaba éste que cantan todos los días los Carmelitas:

"Flor del Carmelo, viña florida, Esplendor del Cielo, Virgen Madre. Singular. ¡Oh Madre tierna!, Intacta de hombre; a los Carmelitas proteja tu Nombre (da privilegios), Estrella del mar".

Comprendiendo que la Orden iba camino de extinguirse sin una intervención de la Virgen. Recurrió a Ella y puso la Orden bajo su amparo.

LA APARICIÓN

Dice el Santoral que mientras rezaba este himno "se le apareció la Bienaventurada Virgen María el 16 de Julio de 1251, acompañada de una multitud de Ángeles, llevando en sus benditas manos el Escapulario de la Orden, y diciendo estas palabras: Recibe, hijo mío queridísimo, este Escapulario para tu Orden. Este será privilegio para ti y todos los Carmelitas siendo divisa de mi hermandad, señal de paz y pacto sempiterno, signo de salud, salvación en los peligros. Quien muriere con él no padecerá el fuego eterno; es decir, el que con él muriese se salvará. Yo soy la Madre de la Misericordia y descenderé al Purgatorio el primer sábado después de la muerte (de quien haya llevado dignamente el escapulario), y lo libraré para conducirlo al Monte Santo de la Vida Eterna. Perseverad llevando puesto devotamente el Santo Escapulario, porque es mi Hábito. El hecho de andar vestido de este Hábito mío, significa que estáis continuamente pensando en mí; y que yo, en turno, siempre estoy pensando en vosotros; y ayudándoos en asegurar la Vida Eterna”. 

EL ESCAPULARIO DEL CARMEN

La imagen mariana aparece vestida con el hábito de las monjas Carmelitas (túnica color café y manto crema) con el Niño Jesús al brazo. Su principal atributo es un escapulario también café con las siglas de A y M (Ave María) entrelazadas y una cruz sobre un monte. La Virgen y el Niño Dios aparecen coronados.
Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida mas comprometida con la espiritualidad carmelita y así comenzó la ‘Cofradía del Escapulario del Carmen’, donde se agregaban muchos reyes y príncipes, Papas y gentes sencillas que se apresuraban a vestir este vestido entregado por la Virgen María, y que por su medio obraba muchos prodigios.
El escapulario de tela -que simboliza mejor el vestido y consagración a María- puede ser sustituido por la medalla-escapulario.
El escapulario, palabra que deriva del latín ‘scapulæ’, espalda, era originalmente un vestido superpuesto que caía de los hombros y lo llevaban los monjes durante el trabajo. Las ordenes religiosas trataron de dar a los laicos un signo de afiliación y de participación en su espíritu y apostolado, constituido por una parte significativa del habito: capa, cordón, escapulario.
Entre los Carmelitas se estableció el escapulario, en forma reducida, como expresión de pertenencia a la Orden y de compartir su devoción mariana.
Actualmente el Escapulario de la Virgen del Carmen es un signo aprobado por la Iglesia y propuesto por la Orden Carmelita como manifestación del amor de María por nosotros y como expresión de confianza filial por parte nuestra en Ella, cuya vida queremos imitar.

RENOVACIÓN DE LA ORDEN CARMELITA

San Simón desarrolló una gran actividad en favor de su Orden. Consiguió el paso de Orden cenobita a mendicante. Retocó la Regla de San Alberto y obró muchos prodigios. Famosos son aquellos dos milagros: la conversión del agua en vino para poder celebrar y la resurrección de un pez ya cocido. Parece ser que mientras visitaba la Provincia de Vasconia, murió en Burdeos, el 16 de Mayo de 1265, casi centenario de edad.
En la actualidad, en Aylesford, en las afueras de Londres, hay un convento de Carmelitas que atesoran la calavera de San Simón Stock. Todos los sábados se congregan unas 500 personas para rezar el Rosario, ¡y la mitad de ellas son Protestantes!...LA UNIDAD DE LAS IGLESIAS ocurrirá alrededor de la Madre, como ocurrió el primer Sábado Santo. Los Apóstoles se habían desperdigado el Viernes de dolor, cada uno por su lado, y se juntaron el Sábado, cuando cada uno desde sitio distinto fue a dar el pésame y consolar a la Virgen, ¡así será la unión de las distintas denominaciones cristianas!, empezando con la unidad de Católicos y Ortodoxos.

jueves, 10 de febrero de 2011

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN FLORENCIA-ITALIA (año 1233 D.C.)

LA APARICIÓN

La Virgen María se apareció el año de 1233 a los ‘Siete siervos de María’, caballeros de la nobleza de Florencia, que se retiraron al Monte Senario, para consagrar sus vidas a la Virgen, tomando el nombre de ‘Servitas’ y apaciguando las luchas contra el Papa.

APARICIONES DE LA VIRGEN MARÍA EN BARCELONA-ESPAÑA (año 1218 D.C.)

CARACTERÍSTICAS DE LA ÉPOCA

Tiempos difíciles los siglos XII y XIII son para los cristianos en el mundo. Los señores feudales, los gremios, y sobre todo; el encuentro de dos credos religiosos: la Fe Cristiana y la Fe Musulmana. El encuentro de estos dos mundos religiosos y culturales acarrean muchos enfrentamientos y luchas violentas, marcadas por la dominación de los musulmanes de los territorios cristianos. En ese ambiente de confrontación surge la cautividad de cristianos, que son sometidos, para que abandonen la fe y abracen el credo musulmán. Si no había oro para canjear a aquellos cautivos; eran tratados bárbaramente como esclavos durante toda su vida. Esto destruía la libertad del hombre para la que ha sido creado. Estos también son los tiempos en los que abundaron los ‘andantes de Dios’ que estaban dispuestos a jugárselo todo por seguir a Jesucristo. Uno de éstos fue Pedro Nolasco.

SAN PEDRO NOLASCO

No están muy de acuerdo los historiadores para señalar con precisión el lugar del nacimiento de Pedro Nolasco. Parece que fue en un pueblecito cercano a Barcelona y que fue por el 1180.
Dos virtudes se vislumbran en su alma desde que tiene uso de razón: la caridad y la humildad. Gozaba de dar a los pobres cuanto tenía a mano. Se sentía feliz de hacer dichosos a los otros aunque él se quedase sin nada. Dicen los cronistas de la época que entendía mucho de negocios. Parece que surcó el Mediterráneo y que llegó a varios puertos en busca de mercancías que después canjeaba por otras. Durante estas correrías presenció mucha miseria y, sobre todo a esos esclavos por la fe. Mientras, seguía su vida normal, pasaba horas pensando en las tristes escenas que había presenciado; pidiendo al Señor y a la Virgen María que le iluminen para ver lo que puede hacer.
La amistad le hizo tratar de cerca a dos grandes hombres que serán juntamente con él las piedras angulares de este edificio de la nueva orden religiosa que el Señor quiere instituir en Su Iglesia. San Pedro Nolasco era ferviente devoto de la Virgen María. Acudía a Ella en todas sus necesidades. 

LAS APARICIONES

Un día, era el 2 de Agosto de 1218, estando él en profunda meditación, tuvo la aparición de una figura femenina deslumbrante que rodeada de infinidad de ángeles, estaba vestida de blanco y con un escudo en el pecho, quien le dijo: “Es Voluntad de mi Santísimo Hijo y Mía que fundes en el mundo una Orden que en mi Honor deberá llamarse: ORDEN DE LA VIRGEN MARÍA DE LA MERCED DE LA REDENCIÓN DE CAUTIVOS. El hábito será blanco en Honor de mi Pureza, en el pecho llevará una cruz roja en recuerdo de mi Hijo y el escudo del Rey al que sirves”.
(La palabra ‘merced’ quiere decir: misericordia, ayuda, caridad). Entonces él quiso saber: “¿Pero quién soy yo para ser honrado por Dios de esta manera, y quién eres Tú para conocer los deseos del Altísimo?”. “Soy María, la Madre de Jesús, respondió Ella, El que vino a liberar al mundo, y Quien se siente disgustado por la cantidad de personas que aún padecen la esclavitud; es por ello que Él desea que esta orden sea fundada”.
Al escucharla, San Pedro se sintió transportado de alegría y se apresuró a comunicar al Rey de Aragón el mensaje que le había dado la Virgen. Al llegar al palacio, se dio cuenta que Ella se le había aparecido también al Rey de Aragón, Jaime I ‘El Conquistador’, y más tarde, que también el Canónigo de Barcelona, San Raimundo de Peñafort, había tenido la misma visión. 

LA ORDEN MERCEDARIA

Sin demora, el obispo y sus principales ministros de Barcelona, colaboraron con San Pedro Nolasco en la colocación de la piedra fundamental en el nuevo edificio monástico. El 10 de Agosto era fundada la Orden Mercedaria. La Catedral de Barcelona se llenó de fiesta, Nolasco y sus compañeros recíbían el hábito blanco de manos del Obispo don Berenguer de Palou, quien daba su aprobación oficial a la obra redentora Mercedaria. También el rey le entregó a Nolasco su escudo de armas, distintivo que hasta hoy llevan los miembros de la Familia Mercedaria. Pedro tiembla por si esto no podrá ir adelante. Y oye una voz que le dice mientras está en éxtasis: No temas a nada ni a nadie, pequeño rebaño”.El rey autorizó a la Orden Mercedaria y al Obispo de Barcelona a apoyar al ejército real. San Pedro Nolasco fue investido con el título de Maestro Principal de la Orden, y sus obras en pro del rescate de esclavos de los moros en España, se registran en los anales de la historia.
El 17 de Enero de 1235, el Papa Gregorio IX aprobó la Orden de la Merced, incorporándola plenamente a la vida y misión de la Iglesia Universal. De esta manera, se reconoció el Don especial de la redención de cautivos. Pedro es un alma de oración y penitencia extraordinarias.
San Pedro Nolasco quiere clavarse en la Cruz como Jesucristo. Conoce a fondo que lo más esencial de Cristo es su Gran Misericordia y es lo que él quiere imitar. Hay que llegar al heroísmo de entregarse para rescatar a los cautivos. Es el ‘Voto de redención’ que añadirá a los tres tradicionales de la vida religiosa. Pedro ama a la Virgen con toda su alma. A Ella ofrece y entrega su orden religiosa. Es un batallador que muere por Cristo y por sus hermanos.
La obra redentora de Nolasco se consolidó; se efectuaron muchas redenciones, cuyo fruto fue la reconquista de la libertad de muchos miles de cautivos. El rescate siempre fue una obra arriesgada y exigió grandes sacrificios. Son muchos los Mercedarios que soportaron el martirio por causa de la fe. San Pedro Nolasco, después de una vida plenamente entregada al prójimo, con su obra floreciente, entregó su espíritu a Dios el 13 de Mayo de 1249 en la ciudad de Barcelona. Desde el año 1259 los Padres Mercedarios empezaron a difundir la Devoción a Nuestra Señora de la Merced (o de las Mercedes), la cual está muy extendida por el mundo.
Los Mercedarios rescatan 80,000 fieles cautivos y en la heroica empresa dan a la Iglesia el testimonio liberador de 1,500 frailes mártires. Esta comunidad religiosa lleva muchos siglos ayudando a los prisioneros y ha tenido mártires y santos. Sus religiosos rescataron muchísimos cautivos que estaban presos en manos de los feroces sarracenos.
Hasta el 1317 se mantuvo el carácter militar de la Orden de los Mercedarios, que se convirtió en exclusivamente clerical, renunciando por tanto los frailes a las soluciones militares y a la violencia para arrancar a los cautivos de las manos de los sarracenos. La negociación, las transacciones, el intercambio, el rescate y la protección de Santa María de la Misericordia o Merced de los Cautivos (que este fue inicialmente su nombre) vino a ser el nuevo bagaje para cumplir su misión, y a fe que fueron espléndidos los resultados.
Hasta finales del siglo XVIII, la Orden Mercedaria consiguió la liberación de medio millón de cautivos, con una inversión de 2,000 millones de pesetas. Un esfuerzo extraordinario.
El más importante centro de culto de esta advocación de la Virgen fue y sigue siendo la Basílica de la Merced de Barcelona.
El nombre nació en Barcelona; fue tal el prestigio de la acción que llevaron a cabo los Mercedarios bajo la protección de la Virgen de la Merced y el agradecimiento que suscitó, que se forjó el nombre de Mercedes para recordar la liberación de los cautivos y pronto se extendió por toda España.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN PROUILLE-FRANCIA (año 1208 D.C.)

SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

Santo Domingo de Guzmán (1170-1221) fue un gran propagador del rezo múltiple avemariano en sus diversas formas. Nacido en 1170 en Caleruega (España), llegó a ser Canónigo de Osma. Al acompañar, junto con su Obispo, a una princesa castellana a Flandes para contraer matrimonio, pasó por la zona de Francia donde triunfaba en aquellos días la herejía albigense, y ya no retornó a Osma, sino que se quedó en esta tierra procurando vencer a esta herejía a través de una vida muy austera y de predicación itinerante. Fue un gran hombre de Iglesia en todos los sentidos y gracias a su personalidad rica y armoniosa, la Orden de Predicadores (los Dominicos) por él fundada se extendió rápidamente por toda Europa.
Aunque no se han conservado documentos que atestigüen directamente que él rezaba cadenas de avemarías, casi todos sus historiadores piensan que fue así, debido a la documentación indirecta. Se sabe que tuvo un amor profundísimo a la Virgen. Se sabe que los miembros de todas las fundaciones que él o sus primeros discípulos hicieron (novicios y novicias Dominicos, laicos de los Hermanos de la Penitencia o pertenecientes a las cofradías marianas) rezaban frecuentemente avemarías en sustitución de los Salmos del Oficio. Se sabe además que los primeros Dominicos (por ejemplo el Beato Jordán de Sajonia, su primer sucesor) tenían la costumbre de rezar avemarías mientras hacían genuflexiones. También lo hacían los amigos de la Orden Dominica, como el Rey San Luis de Francia, que recitaba cada día 50 avemarías con genuflexión.
Y se sabe, por último, que Santo Domingo pasaba noches en oración y con frecuencia durante esas vigilias hacía centenares de genuflexiones.
Todos estos datos indirectos hacen concluir que muchas de esas noches las genuflexiones irían acompañadas de avemarías. Para pensar lo contrario habría que explicar el motivo por el cual el único personaje del siglo XIII que no rezaba avemarías mientras hacía genuflexiones por centenas ante una imagen de la Virgen sea él mismo cuyos hijos y compañeros han difundido por toda Europa el rezo del ‘Avemaría’ repetida con genuflexión.
Estos datos de la historia se articulan perfectamente, además, con lo que nos ha contado la Tradición: que el Rosario arranca fundamentalmente de una aparición mariana a Santo Domingo. Esta tradición, como todas las cosas que se cuentan de boca en boca, ha formado una concepción gloriosa de lo ocurrido a base de magnificar un poco los datos históricos y ha contado versiones diferentes de los hechos (por ejemplo unos dicen que sucedió en Albi, otros que en Prouille, otros, los más, que en una cueva junto a Toulouse).
Pero es precisamente esta variedad de versiones en torno a un núcleo que, sin embargo, se inscribe perfectamente en el marco histórico conocido, lo que ofrece más visos de autenticidad.
Un antiguo autor resume así esta preciosa y multisecular tradición: “cuando Santo Domingo predicaba a los albigenses, al principio sólo obtuvo pobres resultados”.
La Doctrina Albigense enseña que hay dos dioses: uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual y el malo, todo lo material. Como consecuencia, para los albigenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios. También negaban los sacramentos y la verdad  que María es la Madre de Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias. 
Durante años, los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. También había factores políticos envueltos. Domingo trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.

LA APARICIÓN

Es así que un día, al lamentarse Santo Domingo de Guzmán con la Santísima Virgen de la poca suerte obtenida en la conversión de los albigenses mientras rezaba devotamente; Ella se dignó responderle apareciéndose en la capilla. En su mano sostenía un Rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo, a la vez que le dijo: No te maravilles si hasta hoy has obtenido tan poco fruto de tus fatigas, ya que has sembrado en un terreno estéril, todavía no bañado por la lluvia de la Divina Gracia. Cuando Dios quiso renovar la faz de la tierra comenzó por enviar sobre ella el agua fecunda de la Salutación Angélica”.

LA ORDEN DOMINICA

Entonces comprendió Santo Domingo que esta lluvia era el rezo repetido del ‘Avemaría’, y que el mejor modo para vencer a la herejía albigense que negaba el valor de lo corporal y, por tanto, la Encarnación, era precisamente impulsar el movimiento de recitación avemariana que el mismo Obispo de París había recomendado pocos años antes, en 1198. Domingo salió de la capilla pleno de celo, con el Rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito por que muchos albigenses volvieron a la Fe Católica. Lamentablemente la situación entre albigenses y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el Rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del Rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.
Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (mas conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la Gloria de Dios y de la Virgen.


miércoles, 9 de febrero de 2011

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN POTSCHAIW-UCRANIA (año 1198 D.C.)

LA APARICIÓN

Se conoce la aparición de Nuestra Señora en 1198 a un monje y a un campesino en Potschaiw. 

CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO

Debido a este acontecimiento, se construyó el Convento de la Orden de San Basilio.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN ROMA-ITALIA (año 1099 D.C.)

ANTECEDENTES

En Roma y en la Piazza di Popolo, es decir La Plaza del Pueblo, existía en tiempos un gran nogal. Pero aquel punto era un lugar maldito para los romanos y para la Iglesia. Aquel nogal marcaba el punto exacto en donde estuvo la tumba de Nerón y el sitio en donde se quitó la vida. Pero el pueblo se había quejado insistentemente al Vaticano de que en lugar pasaban cosas muy raras, diciéndose incluso que los demonios asediaban aquel extraño lugar.

LA APARICIÓN

Entonces la Virgen María se apareció al Papa Pascual II, pidiéndole que fuese talado el nogal y desenterrados los huesos de Nerón, para quemarlo todo junto y tiradas las cenizas al Tiber. El Papa hizo todo lo que se le dijo, e incluso aplicó personalmente el primer golpe de hacha sobre el nogal.

CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO

Mas tarde en 1472, el papa Sixto IV mandó construir en ese lugar la Iglesia de Santa María del Popolo.
Se puede ver sobre el altar principal en uno de los relieves de la bóveda al Papa Pascual II cortando el árbol infausto.


APARICIONES DE LA VIRGEN MARÍA EN VALENCIENNES-FRANCIA (año 1008 D.C.)

LAS APARICIONES

PRIMERA APARICIÓN: 

En 1008 se apareció la Virgen María a un eremita en Valenciennes, una localidad francesa, en una época en la que sufrían los habitantes de este pueblo una epidemia de peste.
La Virgen pidió ayuno, oración y una procesión alrededor de la ciudad.

SEGUNDA APARICIÓN:

Posteriormente se apareció de nuevo rodeada de muchos ángeles que colocaron un cordón alrededor de la ciudad con el propósito de bloquear la peste, la cual cesó inmediatamente. Muchos pobladores fueron testigos de esta segunda aparición, fundándose en esta ciudad la ‘Fraternité de Notre Dame du Cordon’.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN VLAHERNA-GRECIA (siglo X D.C.)

LA APARICIÓN

La Fiesta del Sagrado Manto Protector de la Virgen ha sido establecida para recordar la visión que tuvo San Andrés de la Madre de Dios que tapaba con Su Omóforo (largo manto o pañuelo) a los cristianos en el Templo de Vlaherna, durante el sitio enemigo de Constantinopla en el siglo X. Cerca de las cuatro de la mañana, el santo vislumbró a una majestuosa Mujer viniendo desde las Puertas Reales del Templo apoyada por San Juan Bautista y San Juan Evangelista y precedida y seguida por muchos santos que entonaban himnos y canciones religiosas. San Andrés se acercó a su discípulo Epifanio y le preguntó si podía reconocer a la Reina del Mundo. “La veo”, le contestó aquél. Mientras la observaban, Ella, arrodillada frente al ambón, rezó llorando por mucho tiempo. Después, se acercó al altar y rezó por el pueblo Ortodoxo. Al terminar las plegarias, descubrió su cabeza quitándose el Manto y lo extendió sobre todo el pueblo presente. La ciudad fue salvada.

FESTIVIDAD

San Andrés era de orígenes eslavos y los Rusos respetan profundamente la Fiesta del Sagrado Manto Protector de la Virgen y muchos templos la honran con Su Nombre.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN TOLEDO-ESPAÑA (año 666 D.C.)

SAN ILDEFONSO DE TOLEDO

San Ildefonso de Toledo, Arzobispo de la capital del Reino Visigodo, fue siempre un gran padre y un celoso Pastor de las ovejas que el Señor le había encomendado... Trabajó con gran celo por extender la fe y buenas costumbres entre el clero y los fieles. Escribió tratados maravillosos. Sobre todo fue famoso el de la ‘Perpetua Virginidad de María’. Había escrito y hablado muy bien sobre Ella. Sobre todo le había defendido y predicado en el Décimo Concilio de Toledo. Los desvelos y amores de Ildefonso por la celeste Reina habían de tener premio adecuado.
Este milagro fue narrado por Gonzalo de Berceo y harto reproducido en la Catedral de Toledo.
No fue éste el único favor celestial y hecho milagroso gozado por el Santo; su entrega mística y contemplativa viose compensada con los más subidos carismas sobrenaturales; y otros muchos prodigios cuentan las crónicas de sus coetáneos; por lo que no es de extrañar que, desde Gonzalo de Berceo hasta Lope de Vega, las más gloriosas letras Españolas hayan cantado la devoción de San Ildefonso a la Santísima Virgen, llegando a proclamársele "capellán y fiel notario" de María.
Se cuenta además que Ildefonso se hallaba un día rezando ante las reliquias de Santa Leocadia, cuando la mártir surgió de su tumba y le agradeció al santo la devoción que mostraba a la Madre de Dios.
E1 23 de Enero del 667 marchaba a contemplar a la Virgen María en el Cielo.

LA APARICIÓN

“Una noche (la del 17 de Diciembre del año 666) en que Ildefonso, ya Arzobispo de Toledo, se dispone, como en años anteriores, a iniciar con solemnes Maitines la Festividad de la Expectación del parto de la Virgen, que había instituido el mismo, había de ser la escogida por la Señora para agasajar a Su siervo:
Antes de la llegada del rey Recesvinto, abrióse el atrio episcopal, saliendo el cortejo, presidido por Ildefonso que, a la luz de las antorchas, se dirigió a la catedral. Abiertas las pesadas puertas, los clérigos penetran en la basílica; mas de pronto advierten que les envuelve cierto celeste resplandor; sienten todos un pavor inaudito, dejan caer las antorchas de sus manos y huyen despavoridos; Ildefonso, sin embargo, dueño de sí y empujado por un estímulo interior, sigue animoso hasta el altar y postrado ante él, al elevar sus ojos, descubre a la Madre de Dios, sentada en su misma cátedra episcopal; alados coros de ángeles y grupos de vírgenes y santos, distribuidos por el ábside, formando la más espléndida corona a la Reina de los Cielos, modulan salmos y canciones; algunos clérigos huidizos tornan al templo en busca de su prelado, mas al ver tal espectáculo, sobrecogidos, vuelven a huir... María invita entonces al arzobispo Ildefonso a acercarse a Ella y con dulces palabras, que recordará luego nuestro Santo con gozo inefable, alabando su amor, escritos y apostolado, le hace entrega, en prenda de la complacencia y la bendición divinas, de una vestidura litúrgica, traída de los Cielos. Le dice: “Sois Mi capellán y Mi fiel notario. Recibid esta Casulla que Mi Hijo os envía de los Tesoros del Cielo”. Desaparece la visión; mas queda en poder de Ildefonso, henchido de melifluas dulzuras, la vestidura celestial, el más preciado don y regalo de la Madre a Su hijo”.


APARICIONES DE LA VIRGEN MARÍA EN ROMA-ITALIA (entre los años 352 y 366 D.C.)

APARICIONES

El 5 de Agosto se celebra la Fiesta de Nuestra Señora de las Nieves, una antigua advocación Mariana cuya devoción se remonta a los años 352 y 366 en tiempos del Papa Liberio. En esa época vivía un patricio llamado Juan, quien no pudo tener hijos en su matrimonio. El y su mujer pertenecían a la más alta nobleza. Fieles católicos que contaban con una acaudalada fortuna, de la que gran parte destinaban a la limosna. Los nobles esposos comenzaban ya a ser ancianos y, pensando en el mejor modo de destinar a la herencia que dejaría al morir, pidieron a la Virgen María que los iluminara. La Madre de Dios respondió a sus oraciones y en sus sueños y por separados les dijo que deseaba que construyera un templo en su honor en el lugar en que Ella lo iba a indicar. Y sucedió que en la mañana del 5 de Agosto, un día muy caluroso del verano Romano, la cima del monte Esquilino apareció cubierta de nieve. Los esposos fueron enseguida a contar sus sueños al Papa y resultó que este había tenido el mismo sueño. El Sumo Pontífice organizó una procesión hasta el lugar en que la Virgen había señalado milagrosamente y todos quedaron maravillados al ver el terreno cubierto por la nieve fresca y blanca. De esta manera la Santísima Virgen manifestó Su deseo de que allí se levantara un templo. 

CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO

El Papa hizo preparar los planos y el patricio Juan con su esposa financiaron la obra. Lamentablemente, de esta antigua construcción no quedaron casi restos. Ochenta años mas tarde, el Papa Sixto III, que reinó entre los años 432 y 440, reconstruyo el templo que hoy es la Basílica de Santa María ‘la Mayor’, dedicada a la advocación más antigua del Occidente.
La devoción a Nuestra Señora de las Nieves se arraigo con la fuerza de los romanos y llego a extenderse por todo el mundo.
Las obras del templo se hicieron en el tiempo record de un año. Hoy es la iglesia más bella de Roma.
Esta Basílica tiene recuerdos entrañables para España. Cuando se entra hay una estatua del rey Felipe IV; el artesonado, una verdadera joya ornamental, se decoró con el primer oro que trajeron los españoles de América; el rey de España goza del título de Canónigo honorario de Santa María la Mayor y en ella San Ignacio de Loyola dijo su primera Misa.
 
LA FESTIVIDAD

La Fiesta de Nuestra Señora de las Nieves, 5 de Agosto, se celebraba, en principio, solamente en la basílica, se extendió en el siglo XIV a toda Roma y, finalmente, San Pío V la declaró Fiesta de la Iglesia Universal en el siglo XVII.


APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN ZARAGOZA-ESPAÑA (año 40 D.C.)

Los ‘Hechos de los Apóstoles’ relatan que éstos se dispersaron por todo el mundo para llevar la Buena Nueva. Además se conoce de un diálogo de despedida entre el Apóstol Santiago y la Virgen en Jerusalén; donde María le da coraje en su nueva envergadura y le comunica que en aquella ciudad que mayor número de hombres conviertas a la fe, edifiques un templo según yo misma te daré a entender”.
Según una antigua tradición, Santiago el Mayor se fue a España. Primero fue a Asturias, posteriormente a Galicia, donde estableció una comunidad cristiana, y luego a la ciudad romana de Cesar Augusto, hoy conocida como Zaragoza. La ‘Leyenda Aurea’ de Jacobus de Voragine nos cuenta que las enseñanzas del apóstol no fueron aceptadas y solo siete personas se convirtieron al Cristianismo. Estos eran conocidos como los ‘Siete Convertidos de Zaragoza’. Con estos convertidos se entretenía en dulces enseñanzas sobre el Reino de Dios, y por la noche iba a una orilla del río Ebro donde se echaba en la paja. Una noche, estando en profunda oración, vio en los cielos un camino de luz, sonoro de canciones y de ángeles que cantaban la canción ‘Ave María, gratia plena’. Inmediatamente se le apareció en carne viva la Virgen María encima de un pilar (columna) y le dijo: He aquí hijo mío Jacobo, el lugar de mi elección. Mira este pilar que me asiento, enviado por mi Hijo y Maestro tuyo. En esta tierra edificarás una capilla. Y el Altísimo obrará, por Mí, milagros admirables sobre todos los que imploren, en sus necesidades, mi auxilio. Este pilar quedará aquí hasta el Fin de los Tiempos, para que nunca le falten adoradores a Jesucristo”.
La Tradición dice también que la Virgen María le dio una pequeña estatua de madera de ella misma y una columna de madera jaspeada instruyéndolo a que erigiera un templo en su Honor: Este lugar será mi casa, y este mensaje y esta columna deben de ser el título y el altar del templo que tu deberás construir”.
Los ángeles se retiraron llevando a María en los cielos hacia Jerusalén. 

Luego de un año de la aparición; Santiago junto a sus discípulos empezaron a construir una capilla en donde se encontraba la columna. Pero antes que estuviese terminada la capilla; Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar. Este fue el primer templo del mundo dedicado a la Virgen.
Desde entonces la intercesión de la Virgen hizo que se abrieran extraordinariamente los corazones a la evangelización de España. 
Después de predicar en España, Santiago regresó a Jerusalén. Fue ejecutado por Herodes Agripas alrededor del año 44 D.C. siendo el primer apóstol mártir. Luego del suceso sus discípulos tomaron su cuerpo y lo llevaron a España para su entierro. La Reina de España, observando los muchos milagros hechos por los discípulos de Santiago, se convirtió al Cristianismo y autorizó que el cuerpo de Santiago fuera enterrado en un cementerio local.
Ocho siglos después, una catedral en honor de San Santiago fue erigida luego que el sitio de su sepultura fue redescubierto por un ermitaño de la localidad. El ermitaño encontró el sitio del entierro luego de notar una extraña formación de estrellas. El sitio elegido para la catedral fue llamado Compostela (campo estrellado) y este es el sitio de mayor peregrinación en estos días.
La columna de jaspe y la estatua de madera todavía pueden ser observadas en ocasiones especiales en el templo que las custodia.